21.4.07

Algo sobre metodologías de L2

Creo que la tradicional, al menos, durante los primeros 7 años de inglés en EGB, BUP y COU, dado que, hasta donde alcanzo a recordar, se limitaba, el núcleo, a leer en clase, hacer ejercicios escritos (redacciones, rellenar vacíos…), memorizar vocabulario, verbos irregulares, condicional… y esporádicamente, aunque los recuerdos se borran, algo de fonética, algún diálogo con compañeros, algún “listening”, tal vez en los últimos cursos… por lo que tal vez podría reconocer una transición hacia un sistema estructuralista.
Finalmente en el último año en la EOI, sí hubo un cambio, que tal vez apuntaba a las aportaciones del generativismo o del análisis del discurso, dado que se atendía fundamentalmente al input, al diálogo, al contexto, siendo mucho menor el tratamiento de la gramática; si bien, al respecto, creo que precisamente se contaba con que nadie llegaba desde cero, sino que se partía de que la mayoría de alumnos provenían de una metodología predominantemente tradicional, y faltaban las otras perspectivas, por lo que para mí pecaba de extenuantemente interactivo, llegando a parece que aprendíamos inglés de actor de teatro।

Por mi experiencia, dado que no creo haber recibido formación en ninguna de las metodologías expuestas en clase, al menos de forma exclusiva, sino tal vez en una mezcal de alguna de ellas, y dado que los resultados, en cualquier caso, me han dejado muy insatisfecho, siendo que, además, se ha limitado solo al inglés, poco puedo decir sobre la metodología que me ha enseñado mejor dicha lengua.

En todo caso, en relación al aprendizaje “normal” (por lo que luego diré) de una segunda lengua, con mesura, me decanto, por lo poco que conozco ahora, por un sistema de tipo comunicacional desde el enfoque funcional que proponen Michael Canale - Merril Swain, “FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LOS ENFOQUES COMUNICATIVOS”, La enseñanza y la evaluación de una segunda lengua (I); si bien, resaltando que no hay que olvidar, con distinta intensidad, los aspectos de la metodologías tradicional en el sentido que esa intensidad será mayor para un estudiante de filología inglesa, tal vez menor para un traductor-intérprete, seguro menor para quien aprende una L2 para poder comunicarse oralmente… En todo caso, cierto es que, en general, coincido cuando, como señalan dichos autores, citando a Tucker (1974) quien ha puesto de manifiesto que los alumnos que carecen de interés y se sienten frustrados ante un programa de enseñanza del idioma con base gramatical, con resultados muy pobres, pueden sentirse más motivados y animados ante un programa donde el énfasis recaiga sobre el uso de la lengua en situaciones de comunicación, aunque con límites, es decir, se debe combinar de forma adecuada (¿?) la metodología tradicional y la comunicativa.

Por otro lado, creo que en cuanto al mejor tipo de tradición metodológica, el factor fundamental viene determinado por los estudios en la metodología del “ensenyament de llengües” y que, además, es un factor de vital importancia la tradición o el volumen de oferta/demanda en el aprendizaje/enseñanza de una lengua.

Así, por un lado, parece que resulta evidente que sin un desarrollo científico de la metodología en el “ensenyament de llengües” que determine, precisamente, el sistema o metodología que se sigue o siguen en el “ensenyament de llengües” en la actualidad y en el pasado (determinar el o los sistemas que han existido y existen, los motivos y tipos de cambio o evolución que han experimentado, las razones y resultados de los mismos…) es difícil si no imposible identificar una metodología, ni identificar que se entiende por tradicional y que por moderno.
Sin embargo, por otro lado, los estudios metodológicos en el “ensenyament de llengües”, especialmente de L2, difícil o poco desarrollo van a tener en lenguas minoritarias y/o que no suscitan gran interés o demanda en su aprendizaje como tal (L2); así, no resulta extraño que la gran mayoría de estudios al respecto vengan del mundo anglosajón y en relación al inglés, menor respecto al castellano, francés, alemán…chino, swahili… por ello, parece más probable o fácil que en relación a las lenguas que suscitan mayor demanda como aprendizaje de L2 se vengan utilizando metodologías más modernas, dado que, entre otras razones, se dispondrá del material adecuado, profesorado preparado… Ya la lectura de Michael Canale - Merril Swain, “FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LOS ENFOQUES COMUNICATIVOS”, La enseñanza y la evaluación de una segunda lengua (I) apunta que “la mayoría de los libros de texto actualmente disponibles para cursos de lenguas no resulten adecuados para desarrollar el tipo de enfoque que sugerimos…el diseño de libros de texto con una orientación funcional es todavía prematuro, debido a la falta de investigación sobre programas para la enseñanza comunicativa…”.

Por otro lado, también me gustaría resaltar que l a metodología a utilizar en el “ensenyament de llengües” puede venir determinada no solo por la misma lengua L2 de que se trate, sino también por el fin u objetivo perseguido, como se ha apuntado en las clases. Así, aunque tal vez no pueda considerarse una segunda lengua el latín o griego clásico u otras lenguas “muertas”, sí creo que, naturalmente, el sistema metodológico no va a ser el mismo que en relación a las lenguas vivas (aunque, creo que el latín sigue siendo el idioma oficial, o tal vez cooficial, en Ciudad del Vaticano, y, en cualquier caso, aunque la demanda sea escasa, alguna metodología seguirá la curia eclesiástica para el aprendizaje del latín. En todo caso, cierto es que la metodología de un estudiante de medicina a quien interesa, “simplemente”, aprender inglés no ya solo científico-médico (tal vez limitado aún a su especialidad) para poder leer, redactar y aún exponer oralmente artículos científicos puede ser muy distinta de la de quien estudia inglés como filólogo o como traductor-intérprete, así, hemos comentado que no hay pocos traductores que no sepan, o tengan un nivel muy distinto a la hora de traducir (incluso a un autor concreto) o de hablar la misma L2; sin entrar en el caso extremo que comentó el compañero que tenía que “enseñar francés” en cuatro horas…
También, creo que la metodología para una L1 y una L2 debe ser muy distinta, dado que en una L1 la cuestión del contexto, discurso, diálogo… queda abordada necesariamente de forma extra-académica, sin perjuicio de que no se excluya de la metodologías a seguir, centrándose en el aspecto gramatical, escrito… (propio de las metodologías predominantemente tradicionales), a diferencia de una L2, donde probablemente deban predominar los aspectos primeramente mencionados, aunque, naturalmente, sin desatender los tradicionales, aunque, probablemente puestos al servicio de aquéllos.




20.4.07

Mi lengua, mis lenguas...

Mi lengua, mis lenguas...

A la vista del “vacío” que habéis destacado unos cuantos y que, no he sabido disimular mejor; brevemente, os informaré, que tengo dudas sobre cual debe ser mi L1, sin duda, el castellano y, tal vez el catalán. Lo cierto es que en casa siempre se ha hablado castellano, aunque mi padre hablaba catalán fuera de casa, en el trabajo... dado que mi madre, aunque desde los 18 años vive en Barcelona, es de fuera de Cataluña y, cuando se conocieron no entendía el catalán ni se podía estudiar fácilmente y, naturalmente, mi padre no deseaba poner trabas entre ellos. En todo caso, el catalán nunca ha estado ausente ni ha sido extraño en casa.
En la escolarización existió en prinicpio un desequilibrió en perjuicio del catalán, que probablemente nunca acabó de desaparecer del todo; así, haciendo memoria, en COU, latín, historia, historia del arte, filosofía, lengua castellana, literatura castellana eran impartidas en castellano, y sólo griego y lengua catalana, y creo que los demás años solo alguna asignatura más era en catalán.
Al llegar a la Universidad la situación fue aún más desequilibrada, tanto en relación a la lengua en que se impartían las asignaturas como, muy especialmente, en relación a los manuales...

Así pues, tal vez debería reconocer que mi L1 es única, lengua castellana, aunque el catalán es casi equiparable, si bien, cierto es que especialmente en lenguaje técnico sí se nota un claro desequilibrio; en definitiva, lo cierto es que, en no pocas ocasiones, si no me esfuerzo en recordar o no presto especial atención puedo escribir un texto en parte en castellano y en parte en catalán; lo mismo me pasa al leer una noticia o un libro, así como al hablar con cualquier persona, respondo indistintamente en ambas lenguas sin distinción, si bien, a la hora de dirigirme a alguien a quien no conozco en la calle empiezo, inconscientemente, en catalán, y, entre los amigos, tengo unos que he conocido hablando en catalán y con los que no puedo cambiar sin pensarlo al castellano, y otros en que sucede lo contrario, y lo mismo sucede entre los compañeros de la universidad, de lo que no te das cuenta hasta que coinciden unos y otros.

Además, he estudiado 8 años de inglés (y 3 años de latín, 2 años de griego) si bien solo me manejo “algo” en la lectura y más bien “nada” a nivel escrito, oral y verbal, o esa es mi sensación; por eso, aburrido y, a la espera de poder ir una temporada a un país de habla inglesa, empecé a estudiar francés, que siempre pensé que me gustaría más, si bien, lo dejé temporalmente por cuestión de tiempo.

Hasta aquí puedo contar, por ahora.

16.4.07

Expectativas y Experiencia

La asignatura, pese a la escasa información previa a la matrícula, resultaba atractiva dado que todos hemos pasado de un modo u otro y en circunstancias, seguro, diversas, por el proceso de aprendizaje tanto, al menos, de una o varias L1, e, igualmente, por una o varias L2; siendo, que respecto a éstas últimas, probablemente aún estemos en ello.
Así, en principio, parecía una buena manera de comprender el por qué hemos podido o no aprender una u otra/s lenguas con mayor o menor facilidad, y poder superar los límites en tal proceso, al menos, quienes aún estamos incursos en el mismo y nos hemos topado y nos topamos con dificultades en el aprendizaje de otras lenguas.
¿Podremos comprender mejor que nos ha ayudado o que ha fallado en el proceso de aprendizaje de lenguas que hemos pasado? ¿nos ayudará a la hora de continuar o emprender el aprendizaje de nuevas lenguas? Lo veremos.

En cualquier caso, como siempre, esperemos que podamos realizar y superar la asignatura de forma amena y pedagógica.

De mi experiencia personal, que espero poder comprender y analizar mejor al final del curso, destacaría, sobre todo, la distinta manera con que se viven los distintos procesos de aprendizaje de lengua con los que uno se enfrenta. En principio, parece que nadie tiene problemas significativos para adquirir las L1 (sean una o varias), pese a que se oiga que algunos afirmen que un niño pueda tener conflictos si aprende varias lenguas a la vez; así, en este caso parece que las L1 se adquieren “naturalmente”, tal vez por ser, precisamentel el lenguaje una capacidad específica y exclusiva del ser humano.
En cuanto a las L2, parece que aquí, al menos en general, es donde la experiencia personal puede ser más diversa. Lo cierto es que cuando, como suele suceder, no solo se ha tenido a varios profesores, a lo largo de los diferentes años de educación que van desde el inicio de la escolarización hasta que uno se incorpora al mercado laboral y, aún, durante el mismo, sino que además, las L2 han sido o son varias, sí que, en todo caso, podemos contrastar el “sistema” que cada profesor ha seguido, donde, a buen seguro, todos hemos podido apreciar muchas diferencias.

En a los “·sistemas” o formas de enseñanza de las lenguas, he observado que en unos casos, unos profesores no parecen diferenciar sustancialmente si están en educación primaria, secundaria, universitaria... parecen seguir una rutina; en otras ocasiones parece que falta que se elabore (o se siga) un programa global, que se aborde, al menos, desde la perspectiva de todo el periodo de educación obligatoria, de modo que tienes la sensación que cada año haces lo mismo; a veces te encuentras (como en todo) profesores más dinámicos, lo que en la “actualidad” parece que es lo más “cool” en el aprendizaje de lenguas, con lo que se trata de dar (o de abusar) de un enfoque práctico (oral) a la enseñanza de los idiomas... Al respecto, por de pronto, me ha llamado especialmente la atención la observación sobre el diferente trato que merece la enseñanza de L2 en función de la L1 del “alumno”, lo que parece que tiene especial importancia pedagógica y que creo que alcanza no tanto a la forma o sistema utilizado en cada sistema educativo para la enseñanza de lenguas como a la estructura o sistema morfológico, fonético, sintáctico, semántico... de la L1 y como la misma puede interferir, dificultar o facilitar el aprendizaje de la L2; es decir, parece que la “técnica pedagógica” para enseñar lengua castellana a un inglés, alemán, japonés o hablante de árabe debe ser diferente, y, por lo tanto, también lo será para enseñar lengua inglesa a un hablante de castellano, árabe, japonés... sin embargo, nunca he oído hablar de tales diferencias.

Finalmente, simplemente añadir que, desde mi punto de vista, mi experiencia personal en el aprendizaje de L1 (castellano y catalán) siempre ha sido muy buena, siempre me ha gustado la materia, los profesores y no me ha supuestos grandes esfuerzos y dificultades, lo que no puedo decir respecto a L2 (inglés básicamente), pese a que en ambos casos mi experiencia ha provenido del sistema público de educación nacional, espero que al final de curso pueda entender mejor por qué.