Creo que la tradicional, al menos, durante los primeros 7 años de inglés en EGB, BUP y COU, dado que, hasta donde alcanzo a recordar, se limitaba, el núcleo, a leer en clase, hacer ejercicios escritos (redacciones, rellenar vacíos…), memorizar vocabulario, verbos irregulares, condicional… y esporádicamente, aunque los recuerdos se borran, algo de fonética, algún diálogo con compañeros, algún “listening”, tal vez en los últimos cursos… por lo que tal vez podría reconocer una transición hacia un sistema estructuralista.
Finalmente en el último año en la EOI, sí hubo un cambio, que tal vez apuntaba a las aportaciones del generativismo o del análisis del discurso, dado que se atendía fundamentalmente al input, al diálogo, al contexto, siendo mucho menor el tratamiento de la gramática; si bien, al respecto, creo que precisamente se contaba con que nadie llegaba desde cero, sino que se partía de que la mayoría de alumnos provenían de una metodología predominantemente tradicional, y faltaban las otras perspectivas, por lo que para mí pecaba de extenuantemente interactivo, llegando a parece que aprendíamos inglés de actor de teatro।
Finalmente en el último año en la EOI, sí hubo un cambio, que tal vez apuntaba a las aportaciones del generativismo o del análisis del discurso, dado que se atendía fundamentalmente al input, al diálogo, al contexto, siendo mucho menor el tratamiento de la gramática; si bien, al respecto, creo que precisamente se contaba con que nadie llegaba desde cero, sino que se partía de que la mayoría de alumnos provenían de una metodología predominantemente tradicional, y faltaban las otras perspectivas, por lo que para mí pecaba de extenuantemente interactivo, llegando a parece que aprendíamos inglés de actor de teatro।
Por mi experiencia, dado que no creo haber recibido formación en ninguna de las metodologías expuestas en clase, al menos de forma exclusiva, sino tal vez en una mezcal de alguna de ellas, y dado que los resultados, en cualquier caso, me han dejado muy insatisfecho, siendo que, además, se ha limitado solo al inglés, poco puedo decir sobre la metodología que me ha enseñado mejor dicha lengua.
En todo caso, en relación al aprendizaje “normal” (por lo que luego diré) de una segunda lengua, con mesura, me decanto, por lo poco que conozco ahora, por un sistema de tipo comunicacional desde el enfoque funcional que proponen Michael Canale - Merril Swain, “FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LOS ENFOQUES COMUNICATIVOS”, La enseñanza y la evaluación de una segunda lengua (I); si bien, resaltando que no hay que olvidar, con distinta intensidad, los aspectos de la metodologías tradicional en el sentido que esa intensidad será mayor para un estudiante de filología inglesa, tal vez menor para un traductor-intérprete, seguro menor para quien aprende una L2 para poder comunicarse oralmente… En todo caso, cierto es que, en general, coincido cuando, como señalan dichos autores, citando a Tucker (1974) quien ha puesto de manifiesto que los alumnos que carecen de interés y se sienten frustrados ante un programa de enseñanza del idioma con base gramatical, con resultados muy pobres, pueden sentirse más motivados y animados ante un programa donde el énfasis recaiga sobre el uso de la lengua en situaciones de comunicación, aunque con límites, es decir, se debe combinar de forma adecuada (¿?) la metodología tradicional y la comunicativa.
Por otro lado, creo que en cuanto al mejor tipo de tradición metodológica, el factor fundamental viene determinado por los estudios en la metodología del “ensenyament de llengües” y que, además, es un factor de vital importancia la tradición o el volumen de oferta/demanda en el aprendizaje/enseñanza de una lengua.
Así, por un lado, parece que resulta evidente que sin un desarrollo científico de la metodología en el “ensenyament de llengües” que determine, precisamente, el sistema o metodología que se sigue o siguen en el “ensenyament de llengües” en la actualidad y en el pasado (determinar el o los sistemas que han existido y existen, los motivos y tipos de cambio o evolución que han experimentado, las razones y resultados de los mismos…) es difícil si no imposible identificar una metodología, ni identificar que se entiende por tradicional y que por moderno.
Sin embargo, por otro lado, los estudios metodológicos en el “ensenyament de llengües”, especialmente de L2, difícil o poco desarrollo van a tener en lenguas minoritarias y/o que no suscitan gran interés o demanda en su aprendizaje como tal (L2); así, no resulta extraño que la gran mayoría de estudios al respecto vengan del mundo anglosajón y en relación al inglés, menor respecto al castellano, francés, alemán…chino, swahili… por ello, parece más probable o fácil que en relación a las lenguas que suscitan mayor demanda como aprendizaje de L2 se vengan utilizando metodologías más modernas, dado que, entre otras razones, se dispondrá del material adecuado, profesorado preparado… Ya la lectura de Michael Canale - Merril Swain, “FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LOS ENFOQUES COMUNICATIVOS”, La enseñanza y la evaluación de una segunda lengua (I) apunta que “la mayoría de los libros de texto actualmente disponibles para cursos de lenguas no resulten adecuados para desarrollar el tipo de enfoque que sugerimos…el diseño de libros de texto con una orientación funcional es todavía prematuro, debido a la falta de investigación sobre programas para la enseñanza comunicativa…”.
Por otro lado, también me gustaría resaltar que l a metodología a utilizar en el “ensenyament de llengües” puede venir determinada no solo por la misma lengua L2 de que se trate, sino también por el fin u objetivo perseguido, como se ha apuntado en las clases. Así, aunque tal vez no pueda considerarse una segunda lengua el latín o griego clásico u otras lenguas “muertas”, sí creo que, naturalmente, el sistema metodológico no va a ser el mismo que en relación a las lenguas vivas (aunque, creo que el latín sigue siendo el idioma oficial, o tal vez cooficial, en Ciudad del Vaticano, y, en cualquier caso, aunque la demanda sea escasa, alguna metodología seguirá la curia eclesiástica para el aprendizaje del latín. En todo caso, cierto es que la metodología de un estudiante de medicina a quien interesa, “simplemente”, aprender inglés no ya solo científico-médico (tal vez limitado aún a su especialidad) para poder leer, redactar y aún exponer oralmente artículos científicos puede ser muy distinta de la de quien estudia inglés como filólogo o como traductor-intérprete, así, hemos comentado que no hay pocos traductores que no sepan, o tengan un nivel muy distinto a la hora de traducir (incluso a un autor concreto) o de hablar la misma L2; sin entrar en el caso extremo que comentó el compañero que tenía que “enseñar francés” en cuatro horas…
También, creo que la metodología para una L1 y una L2 debe ser muy distinta, dado que en una L1 la cuestión del contexto, discurso, diálogo… queda abordada necesariamente de forma extra-académica, sin perjuicio de que no se excluya de la metodologías a seguir, centrándose en el aspecto gramatical, escrito… (propio de las metodologías predominantemente tradicionales), a diferencia de una L2, donde probablemente deban predominar los aspectos primeramente mencionados, aunque, naturalmente, sin desatender los tradicionales, aunque, probablemente puestos al servicio de aquéllos.
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