29.5.07

5a tasca. Exàmens de llengües


El tema de los exámenes siempre resulta desagradable, pero, necesario; al menos eso es lo que dicen los que nos los hacen; parece que es necesario justificar de algún modo, especialmente, de forma documental, la evaluación al alumno. Siempre me acuerdo de cuando miro las “notas” de mis primeros años de escolarización que se limitaban a unos comentarios sobre la aptitud general, frente a cada una de las asignaturas y a sí se habían adquirido las aptitudes pretendidas y, en su caso, se hacía una valoración bastante genérica.

En todo caso, pronto se acabó ese sistema y, rápidamente y durante muchos años (si no todos los de tu vida), empiezas a ser evaluado por terceros, y, con consecuencias cada vez más graves.

Bueno, en cuanto a los exámenes de lengua nunca recuerdo que me resultaran especialmente difíciles, ni fáciles; sí recuerdo que, especialmente, tanto los de L1 como los de L2 me gustaban mucho cuando tenías que comprender y analizar textos, menos cuando se trataba de aspectos orales (recepción o emisión), aunque también es verdad que, proporcional y cuantitativamente, han sido mucho menor. Sin embargo, sí recuerdo de una manera doble (agradable y desagradablemente) los exámenes de selectividad de lenguas. No en relación a lengua castellana, del que no me acuerdo, y me imagino que debí sacar una nota acorde con la media de BUP y COU, y lo mismo sucedió respecto a lengua catalana, donde solo recuerdo que se hacían pocas preguntas, para mi gusto, sobre historia de la lengua, pasada y actual; sin embargo, fue en latín e inglés donde recuerdo que nunca comprendí lo que pasó pues se invirtió el orden de lo esperado y mientras en latín saqué una nota bastante mediocre (lo que aún hoy me disgusta, aunque solo lo explico por haber pretendido traducir la Eneida, poesía, en lugar de la Guerra de las Galias, o eso creo que me dijeron) en inglés saqué la nota mínima que me esperaba para latín, y por encima de mi media, lo que aún hoy no logro imaginar el motivo o razón, ni recuerdo siquiera el examen, eso sí, exclusivamente escrito.

Los restantes exámenes de lengua, como ya no han sido algo obligatorio en mis estudios, ni les he dedicado lo que se merecen, la verdad es que nunca me han quitado el sueño, bastante tenía con mis estudios obligatorios, por eso ahora estoy intentando retomarlos (con poco éxito aún, aunque ahora culpo a esta Licenciatura en Lingüística; al menos me voy aproximando).

En todo caso comentaré que sí he hecho muchos o bastantes exámenes orales, en mi L1, por suerte, y aunque resulta evidente que te pones nervioso, lo cierto es que nunca me ha resultado algo insoportable e insufrible, si bien tampoco me agradan, pese a que he de reconocer que tras hacer algunos, elegí uno voluntariamente porque sí que creo que, en principio (salvo que el “profe” sea un…, que los hay, tal vez demasiado) es más justo que un típico exámen escrito de test o de 3 ó 4 preguntas a desarrollar en 2, 3 ó 4 horas, aún siendo algunas optativas, pues el profesor siempre percibe mucha más información, claro, si has estudiado, y siempre puede hacerte varias preguntas, más breves o más largas, ver como te explicas o razonas y, al menos en mi caso, siempre he aprobado, y al aprobar, siempre la nota suele ser más alta. En todo caso y concluyo ya, también es cierto que para hacer exámenes orales se ha de tener cierta aptitud, pues he visto en exámenes orales a muchos compañeros que pese a saber que han estudiado y que se sabían el programa, lo cierto que o bien eran incapaz de enfrentarse al examen oral o bien al hacerlo sufrían desmayos, tartamudeos, incluso enmudecían (diagnosticado médicamente), no por no saber contestar si les das papel, lápiz y 30 minutos.

21.5.07

4a tasca del Blog

La verdad es que los medios materiales que he vivido en el aprendizaje de L2 no han variado mucho o sustancialmente, creo, a lo largo de 10 ó más años, pues no creo que el paso del radiocasete y el video (eso sí VHS, no beta) al cd o dvd sea relevante; las aulas tampoco han sufrido cambios de importancia y, lo único que creo que sí la tiene es el número de alumnos, pues enseñar y aprender una L2 con 40 ó más alumnos por aula de 10 años y un solo profesor creo que es un mérito; frente a ello, resulta mucho más cómodo recibir clase de L2 con gente que conoces o con la que puedes tener o tienes una fácil relación, no más de 10 personas que puedan sentarse un tanto aleatoriamente sin una predisposición previa de sillas, mesas... sin que los medios materiales necesarios sean nada excepcional, un dvd, televisión, pizarra y, material escrito y audiovisiual didáctico y, sobre todo, actual; tal vez podríamos añadir la existencia de material informático, aunque su utilidad puede alcanzar a sustituir el material anterior o bien como mecanismo para que los alumnos complementen las clases con formación autodidacta.
Junto la los medios materiales referidos apuntados, probablemente, más importantes sean los personales, donde es muy útil no solo el profesor sino los compañeros y las relaciones (buenas) que se establezcan entre todos ellos. Así, especialmente recuerdo cuando tenías una especial relación con los compañeros porque con los mismos compartías el aprendizaje de otras materias y múltiples actividades extraescolares; a diferencia de cuando estudias una L2 con compañeros con los que solo compartías esa experiencia y donde cada uno tiene o hace su vida más allá. En todo caso, aún en tales casos se nota cuando existe una buena sintonía entre los educandos entre sí y con el profesor, con ello, se facilita el intercambio de información, el enfoque didáctico de las clases hacia los intereses de los alumnos siempre con la guía de profesor, la aproximación de las situaciones del aula a las situaciones lingüísticas reales de la correspondiente L2, la posibilidad de que el aprendizaje de la L2 vaya más allá de aula y no solo de forma individualizada... De este modo el aprendizaje de L2 puede desarrollarse de una forma agradable sin que, salvo situaciones puntuales, creo que sea conveniente un aprendizaje intensivo, sino de unas 2 horas dos o tres veces por semana, lo que creo que representa el ideal que podrán ser, indistintamente, de mañana o tarde, lo que dependerá de las demás actividades que desarrolle el alumno, procurando, en todo caso una constancia y regularidad que permita al alumno una fácil inmersión de todos los aspectos de la sociedad propia de la L2 de que se trate (calendario, fiestas, acontecimientos culturales, políticos, sociales, musicales, cinematográficos...).

20.5.07

3a tasca del Blog


En general, diría que la teoría conductista es, en una visión general, la que ha dominado mi trayectoria en el aprendizaje de L2, así, la lectura de la diapositiva 4 parece que ha sido casi un dogma de mis profesores:

1. Orígens i enfocament:
• Finals del s. XX. Positivisme filosòfic i científic.
• Conductisme modern. B. F. Skinner. 1957, 1987.
2. Èmfasi en la conducta observable i en l’empirisme.
3. Tot aprenentatge es basa en el condicionament.
4. Pavlov. Teoria del condicionament
• Gos: Estímul (aliment) → Resposta (salivació).
• Introducció 2n estímul (campana) → Resposta (salivació).
• Altres conceptes: operant i reforç
5. Estudis sobre el comportament animal.
6। Aprenentatge = resultat de factors ambientals.

Además, creo que ello se ha combinado con una perspectiva tradicional de las teorías lingüísticas donde dominaban las “regles gramaticals i llistes de les lletres, la pronúncia, la importància del coneixement gramatical, aprendre “le bon usage” de la llengua, la norma. traducció (L2)”, donde “aprendre llengua = aprendre escriure = saber gramàtica”, lo que creo que ha acentuado la poca didáctica que he recibido en el “aprendizaje” de L2.
Así, creo que pueden resumirse las clases de L2 en la audición y lectura de los ejercicios correspondientes, la repetición (poca, dado el número de alumnos y de horas de clase), comprensión del vocabulario, normas de gramática, ejercicios de relleñar texto con o sin opciones y, en su caso, redacción; siempre siguiendo el texto. En cambio, la audición de música, visionado de películas sin o con subtítulos en castellano, ha brillado por su ausencia, cuando creo que es un materia de fácil acceso, creo, así como de más fácil motivación para el alumno.
Desde el punto de vista de la lectura siempre, sin saberlo, y, que recuerde, sin que se hiciera un especial incapié en tal circunstancia en la educación reglada que he recibido, he percibido la postura que propugna la teoría psicológica cognitivista. Siempre me ha gustado leer libros en la L2 dado que sentía que podía acceder a textos más complejos que los que, en general, utilizábamos en el colegio, e incluso leer libros o cuentos, tal vez adaptados, de escritores punteros en la correspondiente L2. Así, aunque siempre me ha gustado marcar todas las palabras que no entendía, de modo que cuando podía acceder a su significado por el contexto, lo anotaba al margen, mientras que solo buscaba en el diccionario inmediatamente aquéllas palabras que me parecían importantes para poder continuar leyendo el texto, olvidando el resto, que solo buscaba en el diccionario más tarde, al final del libro, antes, en su caso del examen, o bien cuando momentáneamente dejaba la lectura hasta otro momento.
De la o las teorías humanistas en el aprendizaje de L2 me ha llamado especialmente la atención la consideración al énfasis que se presta en “no obligar ningú a parlar, deixar intervenir lliurement, fomentar les relacions personals entre els aprenents, crear vincles afectius”, dado que siempre me ha parecido excesiva la voluntad de algunos profesores de L2 de intentar que sus clases no sean “aburridas” a base de convertirlas en un “circo” y a los alumnos en “bufones”, y lo “sorprendente” es quie siempre hay quien está encantado, y lo deja notar, pero siempre me he preguntado cuántos no están de acuerdo, se miran “horrorizados”... lo que me lleva también a recordar esas clases en las que desde el primer día te ves casi obligado a contar toda tu vida a quien no conoces de nada, ¿habrá que mentir?... En todo caso, haría falta conocer cómo las teorías humanistas tratan o consiguen aunar esas líneas apuntadas.
En cuanto al socio constructivismo la idea que me resulta más acertada en relación con el aprendizaje de L2 y que creo que no he visto reflejada en las clases que he recibido es la ralativa a “la manera de pensar depèn dels significats creats en la cultura (i en el llenguatge)”, así, desde que empecé con el estudio de L2, a los 10 años, nunca he visto que se preste una mayor atención a aspectos socioculturales de la correspondiente L2 más allá de referencias al uso y que, por otro lado, ya sules conocer como “típicos tópicos”, que aparecen en los manuales de aprendizaje de L2, en los que nunca he encontrado tratado este punto con mayor atención.

21.4.07

Algo sobre metodologías de L2

Creo que la tradicional, al menos, durante los primeros 7 años de inglés en EGB, BUP y COU, dado que, hasta donde alcanzo a recordar, se limitaba, el núcleo, a leer en clase, hacer ejercicios escritos (redacciones, rellenar vacíos…), memorizar vocabulario, verbos irregulares, condicional… y esporádicamente, aunque los recuerdos se borran, algo de fonética, algún diálogo con compañeros, algún “listening”, tal vez en los últimos cursos… por lo que tal vez podría reconocer una transición hacia un sistema estructuralista.
Finalmente en el último año en la EOI, sí hubo un cambio, que tal vez apuntaba a las aportaciones del generativismo o del análisis del discurso, dado que se atendía fundamentalmente al input, al diálogo, al contexto, siendo mucho menor el tratamiento de la gramática; si bien, al respecto, creo que precisamente se contaba con que nadie llegaba desde cero, sino que se partía de que la mayoría de alumnos provenían de una metodología predominantemente tradicional, y faltaban las otras perspectivas, por lo que para mí pecaba de extenuantemente interactivo, llegando a parece que aprendíamos inglés de actor de teatro।

Por mi experiencia, dado que no creo haber recibido formación en ninguna de las metodologías expuestas en clase, al menos de forma exclusiva, sino tal vez en una mezcal de alguna de ellas, y dado que los resultados, en cualquier caso, me han dejado muy insatisfecho, siendo que, además, se ha limitado solo al inglés, poco puedo decir sobre la metodología que me ha enseñado mejor dicha lengua.

En todo caso, en relación al aprendizaje “normal” (por lo que luego diré) de una segunda lengua, con mesura, me decanto, por lo poco que conozco ahora, por un sistema de tipo comunicacional desde el enfoque funcional que proponen Michael Canale - Merril Swain, “FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LOS ENFOQUES COMUNICATIVOS”, La enseñanza y la evaluación de una segunda lengua (I); si bien, resaltando que no hay que olvidar, con distinta intensidad, los aspectos de la metodologías tradicional en el sentido que esa intensidad será mayor para un estudiante de filología inglesa, tal vez menor para un traductor-intérprete, seguro menor para quien aprende una L2 para poder comunicarse oralmente… En todo caso, cierto es que, en general, coincido cuando, como señalan dichos autores, citando a Tucker (1974) quien ha puesto de manifiesto que los alumnos que carecen de interés y se sienten frustrados ante un programa de enseñanza del idioma con base gramatical, con resultados muy pobres, pueden sentirse más motivados y animados ante un programa donde el énfasis recaiga sobre el uso de la lengua en situaciones de comunicación, aunque con límites, es decir, se debe combinar de forma adecuada (¿?) la metodología tradicional y la comunicativa.

Por otro lado, creo que en cuanto al mejor tipo de tradición metodológica, el factor fundamental viene determinado por los estudios en la metodología del “ensenyament de llengües” y que, además, es un factor de vital importancia la tradición o el volumen de oferta/demanda en el aprendizaje/enseñanza de una lengua.

Así, por un lado, parece que resulta evidente que sin un desarrollo científico de la metodología en el “ensenyament de llengües” que determine, precisamente, el sistema o metodología que se sigue o siguen en el “ensenyament de llengües” en la actualidad y en el pasado (determinar el o los sistemas que han existido y existen, los motivos y tipos de cambio o evolución que han experimentado, las razones y resultados de los mismos…) es difícil si no imposible identificar una metodología, ni identificar que se entiende por tradicional y que por moderno.
Sin embargo, por otro lado, los estudios metodológicos en el “ensenyament de llengües”, especialmente de L2, difícil o poco desarrollo van a tener en lenguas minoritarias y/o que no suscitan gran interés o demanda en su aprendizaje como tal (L2); así, no resulta extraño que la gran mayoría de estudios al respecto vengan del mundo anglosajón y en relación al inglés, menor respecto al castellano, francés, alemán…chino, swahili… por ello, parece más probable o fácil que en relación a las lenguas que suscitan mayor demanda como aprendizaje de L2 se vengan utilizando metodologías más modernas, dado que, entre otras razones, se dispondrá del material adecuado, profesorado preparado… Ya la lectura de Michael Canale - Merril Swain, “FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LOS ENFOQUES COMUNICATIVOS”, La enseñanza y la evaluación de una segunda lengua (I) apunta que “la mayoría de los libros de texto actualmente disponibles para cursos de lenguas no resulten adecuados para desarrollar el tipo de enfoque que sugerimos…el diseño de libros de texto con una orientación funcional es todavía prematuro, debido a la falta de investigación sobre programas para la enseñanza comunicativa…”.

Por otro lado, también me gustaría resaltar que l a metodología a utilizar en el “ensenyament de llengües” puede venir determinada no solo por la misma lengua L2 de que se trate, sino también por el fin u objetivo perseguido, como se ha apuntado en las clases. Así, aunque tal vez no pueda considerarse una segunda lengua el latín o griego clásico u otras lenguas “muertas”, sí creo que, naturalmente, el sistema metodológico no va a ser el mismo que en relación a las lenguas vivas (aunque, creo que el latín sigue siendo el idioma oficial, o tal vez cooficial, en Ciudad del Vaticano, y, en cualquier caso, aunque la demanda sea escasa, alguna metodología seguirá la curia eclesiástica para el aprendizaje del latín. En todo caso, cierto es que la metodología de un estudiante de medicina a quien interesa, “simplemente”, aprender inglés no ya solo científico-médico (tal vez limitado aún a su especialidad) para poder leer, redactar y aún exponer oralmente artículos científicos puede ser muy distinta de la de quien estudia inglés como filólogo o como traductor-intérprete, así, hemos comentado que no hay pocos traductores que no sepan, o tengan un nivel muy distinto a la hora de traducir (incluso a un autor concreto) o de hablar la misma L2; sin entrar en el caso extremo que comentó el compañero que tenía que “enseñar francés” en cuatro horas…
También, creo que la metodología para una L1 y una L2 debe ser muy distinta, dado que en una L1 la cuestión del contexto, discurso, diálogo… queda abordada necesariamente de forma extra-académica, sin perjuicio de que no se excluya de la metodologías a seguir, centrándose en el aspecto gramatical, escrito… (propio de las metodologías predominantemente tradicionales), a diferencia de una L2, donde probablemente deban predominar los aspectos primeramente mencionados, aunque, naturalmente, sin desatender los tradicionales, aunque, probablemente puestos al servicio de aquéllos.




20.4.07

Mi lengua, mis lenguas...

Mi lengua, mis lenguas...

A la vista del “vacío” que habéis destacado unos cuantos y que, no he sabido disimular mejor; brevemente, os informaré, que tengo dudas sobre cual debe ser mi L1, sin duda, el castellano y, tal vez el catalán. Lo cierto es que en casa siempre se ha hablado castellano, aunque mi padre hablaba catalán fuera de casa, en el trabajo... dado que mi madre, aunque desde los 18 años vive en Barcelona, es de fuera de Cataluña y, cuando se conocieron no entendía el catalán ni se podía estudiar fácilmente y, naturalmente, mi padre no deseaba poner trabas entre ellos. En todo caso, el catalán nunca ha estado ausente ni ha sido extraño en casa.
En la escolarización existió en prinicpio un desequilibrió en perjuicio del catalán, que probablemente nunca acabó de desaparecer del todo; así, haciendo memoria, en COU, latín, historia, historia del arte, filosofía, lengua castellana, literatura castellana eran impartidas en castellano, y sólo griego y lengua catalana, y creo que los demás años solo alguna asignatura más era en catalán.
Al llegar a la Universidad la situación fue aún más desequilibrada, tanto en relación a la lengua en que se impartían las asignaturas como, muy especialmente, en relación a los manuales...

Así pues, tal vez debería reconocer que mi L1 es única, lengua castellana, aunque el catalán es casi equiparable, si bien, cierto es que especialmente en lenguaje técnico sí se nota un claro desequilibrio; en definitiva, lo cierto es que, en no pocas ocasiones, si no me esfuerzo en recordar o no presto especial atención puedo escribir un texto en parte en castellano y en parte en catalán; lo mismo me pasa al leer una noticia o un libro, así como al hablar con cualquier persona, respondo indistintamente en ambas lenguas sin distinción, si bien, a la hora de dirigirme a alguien a quien no conozco en la calle empiezo, inconscientemente, en catalán, y, entre los amigos, tengo unos que he conocido hablando en catalán y con los que no puedo cambiar sin pensarlo al castellano, y otros en que sucede lo contrario, y lo mismo sucede entre los compañeros de la universidad, de lo que no te das cuenta hasta que coinciden unos y otros.

Además, he estudiado 8 años de inglés (y 3 años de latín, 2 años de griego) si bien solo me manejo “algo” en la lectura y más bien “nada” a nivel escrito, oral y verbal, o esa es mi sensación; por eso, aburrido y, a la espera de poder ir una temporada a un país de habla inglesa, empecé a estudiar francés, que siempre pensé que me gustaría más, si bien, lo dejé temporalmente por cuestión de tiempo.

Hasta aquí puedo contar, por ahora.

16.4.07

Expectativas y Experiencia

La asignatura, pese a la escasa información previa a la matrícula, resultaba atractiva dado que todos hemos pasado de un modo u otro y en circunstancias, seguro, diversas, por el proceso de aprendizaje tanto, al menos, de una o varias L1, e, igualmente, por una o varias L2; siendo, que respecto a éstas últimas, probablemente aún estemos en ello.
Así, en principio, parecía una buena manera de comprender el por qué hemos podido o no aprender una u otra/s lenguas con mayor o menor facilidad, y poder superar los límites en tal proceso, al menos, quienes aún estamos incursos en el mismo y nos hemos topado y nos topamos con dificultades en el aprendizaje de otras lenguas.
¿Podremos comprender mejor que nos ha ayudado o que ha fallado en el proceso de aprendizaje de lenguas que hemos pasado? ¿nos ayudará a la hora de continuar o emprender el aprendizaje de nuevas lenguas? Lo veremos.

En cualquier caso, como siempre, esperemos que podamos realizar y superar la asignatura de forma amena y pedagógica.

De mi experiencia personal, que espero poder comprender y analizar mejor al final del curso, destacaría, sobre todo, la distinta manera con que se viven los distintos procesos de aprendizaje de lengua con los que uno se enfrenta. En principio, parece que nadie tiene problemas significativos para adquirir las L1 (sean una o varias), pese a que se oiga que algunos afirmen que un niño pueda tener conflictos si aprende varias lenguas a la vez; así, en este caso parece que las L1 se adquieren “naturalmente”, tal vez por ser, precisamentel el lenguaje una capacidad específica y exclusiva del ser humano.
En cuanto a las L2, parece que aquí, al menos en general, es donde la experiencia personal puede ser más diversa. Lo cierto es que cuando, como suele suceder, no solo se ha tenido a varios profesores, a lo largo de los diferentes años de educación que van desde el inicio de la escolarización hasta que uno se incorpora al mercado laboral y, aún, durante el mismo, sino que además, las L2 han sido o son varias, sí que, en todo caso, podemos contrastar el “sistema” que cada profesor ha seguido, donde, a buen seguro, todos hemos podido apreciar muchas diferencias.

En a los “·sistemas” o formas de enseñanza de las lenguas, he observado que en unos casos, unos profesores no parecen diferenciar sustancialmente si están en educación primaria, secundaria, universitaria... parecen seguir una rutina; en otras ocasiones parece que falta que se elabore (o se siga) un programa global, que se aborde, al menos, desde la perspectiva de todo el periodo de educación obligatoria, de modo que tienes la sensación que cada año haces lo mismo; a veces te encuentras (como en todo) profesores más dinámicos, lo que en la “actualidad” parece que es lo más “cool” en el aprendizaje de lenguas, con lo que se trata de dar (o de abusar) de un enfoque práctico (oral) a la enseñanza de los idiomas... Al respecto, por de pronto, me ha llamado especialmente la atención la observación sobre el diferente trato que merece la enseñanza de L2 en función de la L1 del “alumno”, lo que parece que tiene especial importancia pedagógica y que creo que alcanza no tanto a la forma o sistema utilizado en cada sistema educativo para la enseñanza de lenguas como a la estructura o sistema morfológico, fonético, sintáctico, semántico... de la L1 y como la misma puede interferir, dificultar o facilitar el aprendizaje de la L2; es decir, parece que la “técnica pedagógica” para enseñar lengua castellana a un inglés, alemán, japonés o hablante de árabe debe ser diferente, y, por lo tanto, también lo será para enseñar lengua inglesa a un hablante de castellano, árabe, japonés... sin embargo, nunca he oído hablar de tales diferencias.

Finalmente, simplemente añadir que, desde mi punto de vista, mi experiencia personal en el aprendizaje de L1 (castellano y catalán) siempre ha sido muy buena, siempre me ha gustado la materia, los profesores y no me ha supuestos grandes esfuerzos y dificultades, lo que no puedo decir respecto a L2 (inglés básicamente), pese a que en ambos casos mi experiencia ha provenido del sistema público de educación nacional, espero que al final de curso pueda entender mejor por qué.